Para que el transporte público pueda remontar su crisis y alcanzar la calidad que merece la ciudadanía, precisa un subsidio gubernamental de entre el 20 al 25 por ciento, consideró Ángel Molinero Molinero, director de Urbanismo y Sistemas de Transporte (Ustran), quien explicó que la mejor forma de implementarlo es a través de una tarjeta de prepago, tal como ocurre en la Ciudad de México (CDMX) y Guadalajara.

En su opinión, una tarjeta integral del transporte permitiría dirigir este subsidio, toda vez que en la mayoría de los gobiernos locales del país no existen instrumentos precisos para canalizarlo, pues “es claro que el transporte público no puede mantenerse sin subsidios”.

Autor de diversos estudios sobre el sector, como “Transporte público: planeación, diseño, operación y administración”, editado en dos volúmenes, Ángel Molinero fue consultado acerca del escenario que se prevé para 2022, a lo que señaló: “La pandemia ha afectado a todos, la única solución es que la demanda se recupere, como ya viene ocurriendo, pero pienso que ese no es el punto más importante para el año entrante, sino las repercusiones que ésta genera y las decisiones políticas que se han tomado al respecto y que podrían provocar una alta inflación e incremento de los costos, que repercutirán severamente en el sector transporte, lo mismo que en toda la sociedad”.

Para el también asesor de la Asociación Nacional de Transporte y Movilidad (AMTM), las decisiones políticas adoptadas hasta el momento a partir de la pandemia provocarán una inflación mucho más alta, que derivará necesariamente en un aumento generalizado de costos, “lo cual hasta ahora no parce ser un elemento que las autoridades hayan entendido”

Ángel Molinero coincide con la opinión de la AMTM, que ha señalado que si no existe financiamiento para llevar a cabo el cambio de flota, el tema de una nueva matriz energética, como el gas o la electromovilidad, quedarán fuera de las posibilidades presupuestarias, puesto que son temas que requieren de inversión, “la cual no puede ser absorbida únicamente por el operador, sino que el tema debe visto como un esfuerzo conjunto con las autoridades”.

El tema del transporte, ha señalado el organismo, tiene que ir con programas de financiamiento e incentivos fiscales para todo el país, por lo que es necesario empezar a trabajar para buscar recursos a nivel nacional, ya que por decreto no es posible mejorar la calidad del transporte público.

Desde su perspectiva, el subsidio es necesario para impulsar la transformación y modernización de las unidades destinadas al público, ya que se trata de un servicio de primera necesidad, clave para el desarrollo y para establecer una sociedad con mayor igualdad de oportunidades.

Para la AMTM es necesario apostar a la calidad y eficiencia del servicio, y no sólo a que tenga un precio bajo, pues poco más del 80 por ciento de los autobuses públicos en México siguen trabajando bajo el esquema hombre camión, con un deterioro desde la operación hasta las tecnologías de los vehículos, ante lo cual es imprescindible un esquema subsidiario.

Desde hace mucho tiempo el hombre camión está destinado a desaparecer, complementó Ángel Molinero, y advirtió que ese 80 por ciento de autobuses públicos que aún se mantienen bajo ese esquema, “si no se integran como empresa o de un modo más formal, van a desaparecer, porque no se podrán mantener”.

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