• Urge establecer sistemas de rentabilidad mediante tarifas técnicas o subsidios que garanticen su operación, mantenimiento y desarrollo, advierte Nicolás Rosales
  • ⁠Los subsidios o subvenciones son una ayuda al usuario, no a los operadores, en España no existe ese concepto: Valeriano Díaz, de ALSA

Al participar en el III Congreso Online de Movilidad Urbana Sostenible (Comus 2024), que organizó el Instituto de Movilidad de España, el presidente de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), Nicolás Rosales Pallares, advirtió que el sistema de transporte público de México corre el riesgo de enfrentar una profunda crisis en el corto plazo si no se establecen sistemas de rentabilidad mediante tarifas técnicas o subsidios que garanticen su operación, permitan su mantenimiento, desarrollo y calidad.

Ante representantes europeos, como Rafael Barbadillo, presidente de la Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebús); Antonio Vázquez Olmedo, representante de la Federación Independiente de Transporte de Andalucía (Fedintra), y Valeriano Díaz, director del área mediterránea de Automóviles de Luarca, S.A. (ALSA), Nicolás Rosales expuso que en México urge la revisión y reorganización del modelo de negocio y financiamiento, que requiere soluciones duraderas y cambios estructurales.

Añadió que en la Ciudad de México (CDMX), el transporte capitalino está conformado por la Red de Transporte de Pasajeros (RTP); el Sistema de Transporte Colectivo (Metro), y el Sistema de Transportes Eléctricos (STE), que tienen una condición distinta a la operada por el sector concesionado, ya que no buscan rentabilidad, sino prestar un servicio social accesible para las personas.

La diferencia, explicó, es que el gobierno subsidia su sistema y cuenta con presupuesto para ejercer; en cambio, cuando el particular invierte, no tiene las condiciones necesarias, porque en México no existe una tarifa técnica, sino político-social, lo que le impide invertir en tecnología y nuevas unidades.

No obstante, Nicolás Rosales consideró que en el país se está dibujando un modelo público- privado, similar al del Metrobús, que es un sistema BRT (Bus Rapid Transit por sus siglas en inglés), robusto, con una tarifa accesible para el usuario, pero que cuenta con subsidios. Sin embargo, añadió, en México muchas autoridades le tienen pavor al tema de los subsidios, porque es meter dinero del presupuesto público a la operación del transporte privado, una dinámica que no comprenden adecuadamente.

Ante ello, Valeriano Díaz, director del área mediterránea de ALSA, una de las empresas españolas de transporte terrestre más exitosas, con presencia en la mayor parte de la Unión Europea y el Reino de Marruecos, explicó que en España no existen los subsidios o subvenciones. “No tenemos subvención en el transporte, la palabra subvención es algo que no existe aquí en España, ni me gusta ni les gusta a los empresarios, ni a la administración”.

Vamos a dejar las cosas claras, agregó, y expuso que si la administración de una zona decide cobrar una tarifa menor para que más usuarios dejen su vehículo en casa, para que no se colapsen las ciudades o para cumplir con los objetivos de descarbonización, entonces se trata de una ayuda al usuario, y el empresario debe recibir el costo real del billete, porque “hay veces que se confunde, de verdad… el empresario no vive del subsidio”.

Comus 2024 es un encuentro organizado por el Instituto de Movilidad de España (que encabeza Julián Sastre, quien fungió como moderador en la mayoría de las mesas) para debatir sobre los retos a los que se enfrenta la movilidad del presente y del futuro, como por ejemplo la necesidad de generar ciudades más saludables y adaptadas a las personas o la de un transporte nacional e internacional eficaz.

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