Eugenio de la Cruz

De acuerdo con la definición del World Business Council for Sustainable Development (WBCSD),  movilidad sustentable  es satisfacer las necesidades de la sociedad de moverse libremente, acceder, comunicar, comercializar o establecer relaciones sin sacrificar otros valores humanos o ecológicos básicos actuales o del futuro, con valor al tiempo empleado en los desplazamientos, internalizar los costos socioeconómicos de cada medio o garantizar el acceso universal de todos los ciudadanos a los lugares públicos y equipamientos en transporte público colectivo o en medios no motorizados.(1)

 La movilidad es el derecho que tienen todas las personas y la colectividad a contar con modos de transporte efectivos para el desplazamiento de pasajeros y mercancías, los cuales deber estar reconocidos por la Ley y ajustarse a los principios y jerarquía establecidos, para satisfacer sus necesidades y pleno desarrollo.

 Teniendo en cuenta que las ciudades  producen el 80 por ciento de los gases de efecto invernadero, que algunas se han convertido en lugares irrespirables por la polución, solucionar el abastecimiento de energía y hacerlo de la forma más limpia posible se antoja como una de las prioridades.

 Sergio Sánchez Martínez, director ejecutivo del Clean Air Institute, (CAI), organización sin fines de lucro formada en 2006 para mejorar la calidad del aire y combatir el cambio climático causado por el calentamiento global, con sede en Washington DC, propone en entrevista con Transporte y Ciudad, seis estrategias  básicas  para un plan de movilidad sustentable:

 

Uno

Mejora del transporte público, para lo cual se que requieren mecanismos más eficaces para financiar y promover un transporte sostenible que resulte en menores emisiones de gases de efecto invernadero y permitan a las ciudades de América Latina alcanzar otros beneficios ambientales, sociales y económicos.

 Dos

Fomentar  el transporte no motorizado. Desarrollar zonas peatonales y ciclovías como una  contribución, no en la reducción de emisiones, pero sí en la generación de una cultura ciudadana más consciente de su entorno por la importancia de una movilidad sustentable. Un entorno peatonal atractivo y funcional es importante.

 Tres

Planeación integrada del usos del suelo y de transporte con una mejor planeación para evitar que la mancha urbana se siga expandiendo,  el uso del suelo debe estar planeado para que la gente llegue caminando a hacer sus actividades diarias.

 Cuatro

Gestión de la demanda, es decir, una  densificación ordenada de los corredores de transporte, fomentar el crecimiento y densificación a lo largo de los sistemas de transporte.

 Cinco

La Tecnología y combustibles En los años  80 y hasta principio de los 90, la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) era la urbe más contaminada del mundo,  para mitigarlo se introdujeron los convertidores catalíticos de tres vías,  se mejoró la calidad de las gasolinas,   incluso oxigenadas,  se eliminó el plomo de las gasolinas, se redujo  el nivel de azufre en el diésel y otros combustibles. La ZMVM ha logrado grandes avances en la mejora de la calidad del aire,  no obstante, persisten serios desafíos.

 Seis

El Mejora del transporte de Carga se debe trabajar en la mejora logística y en la capacitación en conducción ecoeficiente,  no solamente la renovación de la flota y la introducción de vehículos. Se estima que un 30 por ciento de transporte de carga  viajan vacíos y además circulan las mismas horas pico que el resto de los vehículos. Entonces hay una gran oportunidad de reducir la economía de las empresas y el uso de combustibles y de bajar emisiones.

 Sánchez Martínez, quien durante más de 20 años ha trabajado en el desarrollo e implementación de estrategias de alto impacto sistemas de transporte y energías sustentables a escalas local, nacional e internacional, dice que lograrlo es  una tarea de todas las autoridades pero también al sector público privado y de la sociedad civil.

 “Un programa de movilidad sustentable debe brindar los elementos necesarios para la definición y establecimiento de una política de movilidad urbana encaminada a la sustentabilidad, así como determinar externalidades y sus tendencias como instrumentos de gestión para el desarrollo de proyectos de alto impacto”.

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