Roberto Garduño

Aunque la conformación de empresas de transporte facilita su financiamiento, en la Ciudad de México aún existen cerca de 15 mil microbuses y vagonetas que trabajan con el esquema de hombre camión, de acuerdo con cifras de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM).

En la conferencia sobre financiamiento en el 8 Congreso Internacional de Transporte (8CIT), representantes del Banco Mundial, del Programa Federal de Apoyo al Transporte Masivo (PROTAM), del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), y del Centro de Nacional Financiera (NAFIN) concordaron en que la conformación de sociedades mercantiles facilita su financiamiento.

“Necesitamos pasar de una transición del hombre-camión a empresas maduras, pero no solamente el hecho de tener una empresa nos va a garantizar tener un financiamiento, sino que tenemos que empezar a generar un historial crediticio y sobre todo subirnos a una plataforma de buenas prácticas”, aseguró Abel López, especialista de transporte de Banco Mundial.

Pero esta transformación en sociedades mercantiles, precisó el ponente, implica un mayor gasto para las empresas, por lo que los gobiernos deben apoyar a los concesionarios dando garantías para que las financieras se arriesguen a otorgarles un crédito.

“¿Cómo podemos proponer que los proyectos sean bancables? Lo que necesitamos es que los gobiernos pongan las garantías, si como Gobierno no quiero soltar el tema tarifario, entonces como Gobierno tengo que cubrir la política tarifaría”, señaló el especialista.

Para David Garibay, especialista de NAFIN, las empresas que han logrado créditos, tuvieron que superar varios obstáculos, como una tasa de interés alto y convencer con sus proyectos a las financieras.

“Se han otorgado plazos de hasta 84 meses, evidentemente la tasa de interés se ha venido mejorando, arrancamos con tasas del 17 por ciento porque no conocíamos como sistema bancario en dónde estaba participando la banca (…) hoy hemos tenido corredores que operan a tasa de un solo dígito, se ha mejorado mucho en la percepción de riesgo de ese sector”, abundó Garibay.

Pero el esfuerzo no sólo debe ser por parte del concesionario, sino que los gobiernos deben invertir en el transporte público y en infraestructura que beneficie al peatón y a las modalidades alternativas de movilidad.

Harvey Scorcia, especialista de CAF, dijo que debe haber coherencia en las acciones de gobierno para que promuevan el transporte público y influyan en que la ciudadanía utilice menos el automóvil.

“Hay que financiar más el transporte público, hay que financiar las aceras, las bicicletas y el reto es más grande de lo que pensamos y los recursos son limitados y tener siempre en la mente que lo bueno vale, si uno quiere algo bueno eso va a valer recursos”, concluyó el especialista.

 

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