En el marco del Día Internacional de la Mujer queremos hablar del derecho de las mujeres a la ciudad, un tema que si bien ha ganado importancia en los últimos años. Sigue siendo un tema pendiente al hablar de urbanismo en cada mesa.

Las mujeres, como cualquier otra persona, somos sujetas de derechos, sin embargo, a través de los años se nos fueron relegando. Algunos a través de diferentes luchas han sido recuperados o ganados, pero existen otros por los que aún peleamos.

Uno de esos derechos por lo que aún seguimos luchando, es el Derecho a la Ciudad. Mismo que actualmente se trabaja a través de la Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad (PGDC), creada en la Conferencia sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible Hábitat III, octubre del 2016, gracias a la Comisión Huairou (CH).

“El Derecho de las Mujeres a la Ciudad busca interpelar la omisión de las mujeres en la planificación de nuestras ciudades, la cual se debe a un modelo androcéntrico que ha subordinado a las mujeres”. (1)

Las ciudades se han diseñado en razón de las necesidades de los hombres, dejando de lado no sólo a las mujeres, sino también a la infancia y a las personas mayores. La ciudad no es un territorio neutral, en ella confluyen todas las problemáticas sociales y dejan huella en sus habitantes.

Una problemática social que afecta de manera directa a las mujeres y por la que es urgente trabajar en políticas públicas, es el de la violencia. La violencia de género no solo afecta a las mujeres en ambientes ‘privados’, si no que ha escalado al espacio público, el cual ha estado siempre prohibido.

Esta violencia afecta en la manera en la que las mujeres percibimos y vivimos la ciudad, desde la libertad de movernos de un lugar otro, el cómo convivimos en las calles, entre otras.

“El Derecho de las Mujeres a la Ciudad tiene un valor político y teórico. Político por la capacidad de transformar y teórico por la necesidad de construir argumentos, conocimientos, para impulsar esa acción política necesaria”. (2)

En su libro Inclusión y derecho a la ciudad, la académica, arquitecta y defensora de los derechos de las mujeres, Ana María Falú señala que el derecho de las mujeres a la ciudad va de la mano como el derecho de las mujeres a disfrutar de ciudades seguras.

Es por esto que insta en generar políticas públicas de seguridad urbana con perspectiva de género, así mismo, poder contar con espacios públicos, calles y transporte público seguros. Señala que las medidas deberán ser siempre preventivas y no represivas.

“Políticas que privilegien un enfoque preventivo y no represivo, involucrando a distintos sectores sociales y, al mismo tiempo, que integren la seguridad urbana como atributo del espacio físico en la planificación de la ciudad”.

Existen sin duda grandes ejemplos en América Latina y Europa de acciones encaminadas desde el urbanismo, a proveer estrategias que ayuden a garantizar el derecho de las mujeres a la ciudad.

Desde Barcelona, Col·lectiu Punt 6 es un colectivo de mujeres urbanistas, arquitectas, sociólogas, entre otras que trabaja desde la perspectiva de género interseccional y con la arquitectura de proximidad y el urbanismo cotidiano para de-construir y repensar los espacios domésticos, comunitarios y públicos en función de las necesidades, usos y deseos de las personas que los habitan.

Ciudad Feminista desde chile ha implementado estrategias y metodologías diversas para reconocer la ciudad como espacios que no están diseñados para las necesidades de las mujeres.

Si Jane Jacobs, desde la década de los 60’s ya hablaba del tema, es pertinente tomar acciones para hoy trabajar por ciudades que sean para todas las personas que las habitan.

El derecho a la ciudad no solo incluye un diseño pensado en nuestras necesidades como mujeres y en los papeles actuales que desempeñamos, también deberá contener una visión con perspectiva de género de la movilidad de las mujeres, de los espacios públicos y una política que garantice nuestra seguridad en cada uno de los espacios mencionados.

Considerando el Día Internacional de la Mujer como marco, es urgente trabajar en acciones que nos acerquen a una mejor ciudad. Pertinente es también contar con mujeres preparadas en la materia en puestos que nos ayuden a diseñar no solo ciudades, sino políticas públicas para acceder a ese derecho que nos sigue siendo arrebatado cada día; el Derecho a la Ciudad

 

Fuente: la.network

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